Los ( PEMF ), vienen utilizándose en la reparación de fracturas óseas (Basset,1991) ́se estima que aproximadamente el 5 por 100 de las fracturas óseas no consigue soldarse en condiciones normales en los seis meses siguientes al momento en que se han producido. A este tipo de pacientes suele aplicárseles campos electromagnéticos pulsantes (PEMF) en el lugar de la fractura durante 20 a 30 sesiones, al poder ser lo mas seguidas posible. La función de los campos electromagnéticos sería la de inducir corrientes eléctricas similares a las que existen en el hueso antes de fracturarse.
El colágeno:
Que es uno de los materiales fundamentales del tejido óseo, es el principal responsable de la piezoelectricidad ósea. (La piezoelectricidad es la electricidad que generan ciertos materiales al ser sometidos a presión, o inversa, cuando es el material el que sometido al campo eléctrico experimenta una deformación mecánica.)
Los PEMF inducen al fibrocartílago blando, presente en la fractura, a que calcifíque al mismo tiempo que facilitan el riego sanguíneo para que aporte los elementos necesarios para que pueda realizarse una unión ósea sólida.
En 1979 la FDA (Food and Drug Administration) de EE.UU. , legalizó la validez del tratamiento magnetoterapéutico para las fracturas con retraso en las soldaduras.. Desde entonces son muchísimos los cirujanos ortopédicos que prescriben este método, que se ha revelado altamente efectivo para el tratamiento de este tipo de fracturas.
Osteonecrosis:
El tratamiento lo más precoz posible de esos pacientes con PEMF previene la progresión natural de ese fenómeno degenerativo que conduce a la muerte del hueso, y así, tras la aplicación de la magnetoterapia, en unos meses tan sólo los pacientes pueden recuperarse. Incluso cuando la cabeza del fémur ha sufrido ya el colapso, pero antes de que los cambilos artríticos hayan tenido lugar, este método es altamente efectivo, al prolongar la función de utilidad de la cadera hasta que el paciente tenga una edad apropiada que le garantiza que sólo va a tener que someterse a una única operación protésica a lo largo de su vida (Basset,1985).
Osteoporosis:
Alterar el balance entre la formación del hueso y la destrucción del mismo, facilitando la formación a través de PEMF , es una forma de prevenir la pérdida del hueso.
Experiencias de este tipo comenzaron a realizarse en 1976 por la NASA, preocupada por lo que podía acontecer a los astronautas que durante misiones espaciales se encontraban en atmósferas carentes de la fuerza de la gravedad. Tres años de investigaciones fueron suficientes para comprobar claramente que con PEMF no sólo se evitaba la pérdida de hueso, sino incluso aún más , que allí donde éste ya se había perdido, podía recuperarse.
La aplicación de este tipo de magnetoterapia es muy importante, pues afecta a muchos millones de mujeres posmenopáusicas, cuyas pérdidas óseas las somete al riesgo de fracturas óseas al menor traumatismo.
Osteogénesis imperfecta: Los PEMF pueden incrementar la masa ósea, reforzando esos esqueletos más débiles y reduciendo así el riesgo de fracturas.
Osteoartriltis:
Trock (1993) documenta mejoras sintomáticas significativas, en estudios de doble ciego, con la aplicación de PEMF a las osteoartritis axilares (espinales) y apendiculares (extremidades).
Tambien se han utilizado con éxito los PEMF en las tendinitis crónicas refractarias del hombro y en el codo del tenista (epicondilitis). Los PEMF estimulan la síntesis de colágeno y de los peptidoglicanos.
La aplicación de la magnetoterapia a las fracturas óseas tiene ya muchos años de experiencia. El efecto piezoeléctrico, no está circunscrito a los huesos. De hecho , todos los tejidos del cuerpo generan campos eléctricos cuando se comprimen o estiran (Oschman 1981). Cuando un hueso o cartílago se comprime , cuando un tendón o ligamento se estira, cuando la piel se estira o dobla, como en una articulación, se establecen pulsaciones eléctricas diminutas que contienen información, que es utilizada en la constante remodelación en huesos y otros elementos del tejido conectivo, en respuesta a las cargas que se les imponen. Desde la perspectiva bioquímica, a esto se le denomina “la regeneración metabolica” (Shoenheimer 1942 , Ratner 1979).
Los PEMF con campos y frecuencias específicas, inciden en el uso de el rango de frecuencias que en investigación médica, se han validado de ser más eficaces para facilitar la reparación y regeneración de los diversos tejidos blandos y duros.
Cicatrización de heridas y quemaduras: El proceso de revascularización se origina a partir de capilares preexistentes, proliferando primero las células endoteliales capilares, que luego se desplazarán hacia la herida.
Otros investigadores (Murray , 1985 , Rodemann, 1988) , tambien aprecian que los PEMF incrementan la proliferación de los fibroblastos, y son excelentes en el tratamiento de las quemaduras de diversos grados de consideración.
En lo referente a los ligamentos: Los PEMF se consideran muy adecuados para conseguir la mejor soldadura (Lin , 1992).
Estos son unos de los muchos estudios en los que esta basada nuestra maquina de regeneración.